jueves, 15 de octubre de 2009

El millonario más pendejo es el creador de Facebook. je je je....



De no creer. Zuckerberg tiene la cara y el aspecto de un adolescente. Hizo su fortuna casi sin darse cuenta.

Una fortuna de 1.500 millones de dólares le permitió a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, ingresar en la selecta lista de los cuatrocientos norteamericanos más ricos que, como todos los años, publicó la revista Forbes. ¿Y qué hay de especial en esto? Que el artífice de la red social más popular y de mayor crecimiento de internet tiene tan sólo 24 años. Zuckerberg se consagra así como el referente de un fenómeno de estos años: la aparición de jóvenes que con menos de 35, y en general a caballo de buenas ideas para la web, amasaron fortunas descomunales.
Todavía tiene granos y una sonrisa ingenua que remite más al niño que dejó de ser hace una década que al adulto que aún no termina de ser. Pero Zuckerberg está lejos de llevar la vida que lleva la mayoría de los que tienen su edad, él ya es tan rico que podría no trabajar nunca más, y asegurar la holganza económica de diez generaciones familiares.

Este neoyorquino egresado de Harvard no heredó nada, “simplemente” tuvo una idea genial que revolucionó el modo de relacionarse para cien millones de personas (la cantidad de usuarios de Facebook). Ingresando en el ranking Forbes, para lo que hay que tener como mínimo 1.300 millones de dólares, Zuckerberg entra a un club al que también pertenecen, y con 18 mil millones cada uno, los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page. Ambos de 35 años, accedieron al olimpo de los millonarios hace ya un lustro.

Los muchachos superricos no sólo lograron sus fortunas gracias a la red de redes. Por ejemplo, el ucraniano Kostyantin Zhevago, (34 años) tiene una cuenta corriente que ya suma la friolera de 3.400 millones de dólares: logró tamaño capital moviéndose desde los 19 como pez en el agua en los recovecos de la economía financiera.

¿Y cómo viven los precoces millonarios? En general no tiran manteca al techo, pero se dan sus gustos: Larry Page se casó el año pasado en una isla paradisíaca de las Bahamas que alquiló para la ocasión; al evento asistieron Bill Clinton, su esposa Hillary, y Bono de U2, entre otros, y todos llegaron en avionetas privadas provistas por Page. Uno que sí aplica el principio carpe diem a su existencia es el alemán Albert von Thurn und Taxis (25 años): heredó 2.300 millones de dólares y los gasta todos los días en mantener su espectacular palacio, en comprar autos de lujo, y en seducir chicas muy agraciadas.

La socióloga Doris Capurro explica el fenómeno: “Lo interesante de esto es que internet permitió que, a través del talento, la capacidad y la inteligencia, los jóvenes puedan triunfar. Da una oportunidad para crear valor a través de la inteligencia. Antes, los ricos jóvenes se hacían por herencia, ahora lo logran con la innovación. Esto estimula a otros jóvenes a intentar crear lo que aún no fue creado. La sensación es que existe un mundo de oportunidades”.

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