miércoles, 21 de octubre de 2009

Internet se llena de fotos robadas hechas con teléfonos móviles en las playas



Hacer top-less en una playa no es malo para la salud, aunque puede resultar muy dañino para la imagen. Superado el comentario de los mirones ante lo que queda del bikini, el enemigo del bronceado sin tapujos es la cámara de fotos del móvil. En los últimos tiempos, ciertos personajes utilizan el ojo indiscreto del teléfono para inmortalizar a bañistas y, en el peor de los casos, colgar la instantánea en la Red.

 En el cajón de sastre de Internet, donde todo tiene cabida, han proliferado portales repletos de fotos robadas con el móvil en playas, discotecas e incluso gimnasios. El verano es la temporada perfecta. Al fotógrafo aficionado le basta con fingir que está enviando un mensaje y, sin embargo, enfocar dos toallas más allá a su objetivo, tal y como comenta el Diario Sur.

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